viernes, 1 de abril de 2011

FINITO


Podría hoy escribirte el lamento más triste del mundo, pero prefiero llorar y disipar con el agua nuestra relación.
Olvidarte con una canción, con un sueño, destruir mi vía láctea llena de complejos estelares, de cúmulos de sistemas y de meteoritos dispuestos a destruirlo todo.
No me queda ni una sola estrella que me guie hacia el Norte, ni una sola que prometa luz todas las mañanas sobre la vida en mi mundo.
Te creía el centro de mi vida, el Sol imperial, colosal, alucinante, brillante, y al cabo del tiempo también distante, pero seguías dándome calor y te seguía creyendo vital.
Ahora todo es frialdad y oscuridad, ahora solo eres la Luna, mostrándome su cara oculta, dándome la espalda. Rodeándome constantemente sin tener ningún contacto; mientras tú, recibes la alegría de otra estrella, que me hubiese gustado ser. Aunque me has relegado a un insignificante planeta, lleno de vida en el que tú, controlas las mareas de mis ojos.
Es como si hubieras muerto, habiendo dejado un vacio, un agujero negro, que absorbe todo mi ser.
¿Por qué has tenido que dejar de ser el astro que sujetaba mi universo?
Ahora, viaje por donde viaje, todo es negro, oscuro y nefasto.
¿Qué debo hacer? Sé que no habrá otro Big Bang como este...
¿Puedo vivir tan solo de estrellas fugaces de una noche? ¿De cometas que duran días insuficientes para coger cariño?
Tan solo puedo vivir con tu luz, con tu calor, contigo.
Sin esto, este planeta agota sus últimos recursos, las últimas gotas de agua, la última esperanza....
Cuando reine la muerte, la poca gravedad que me une a tí, desaparecerá haciendo que este cuerpo celeste, caiga al frío y vacio olvido.

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